Ya no somos estudiantes...
Cuando uno mira hacia atras y trata de recordar el punto de partida desde el cual hemos logrado crecer a lo que hoy somos como pareja y personas, cuesta definirlo con precision.
A comienzos del 2009, postule a mi pareja recien egresada a un trabajo que a mi opinion era justo para el, me costo convencerlo de ir a las entrevistas, pues el sin experiencia, le faltaba algo de fe en sus capacidades. Yo sentia en la piel que era nuestra oportunidad de independizarnos, abandonar el nido familiar y emprender nuestro propio rumbo. Pues no me equivoque, porque luego de 6 meses de pruebas, capacitaciones y examenes, mi compañero de vida logro el trabajo.

Recuerdo que me llamo muy feliz porque habia firmado contrato indefinido y eso implicaba irnos a vivir a un pueblo no muy lejano (100 kms), pero lo suficiente para romper los lazos de dependencia con nuestras familias. Comenzaria asi, nuestra vida en pareja.
Con el credito que teniamos en casas comerciales, compramos las primeras cosas para nuestra casa, a nuestro gusto y diseño, pero no todo fue tan facil. Pues, al llegar al pueblo, nos encontramos con la dificil tarea de buscar un arriendo.
Habia pequeñas casas, muy baratas, pero no nos entraban los muebles ni la cama, mi marido se pegaba en la cabeza con los marcos de las puertas, eran muy chiquitas. Pero preguntando, dimos con la sra. Maria, quien amablemente nos ayudo a encontrar una casa para nosotros.
Fue asi que arrendamos una casa de dos pisos, hechas recientemente por un empresario local, con el cual negociamos un precio, bastante caro para lo que era el pueblo, pero no habia mas opciones donde escoger.
Habian transcurrido algunos meses cuando recuerdo, una mañana al despertar, decirle a mi amor " Amor, estamos viviendo juntos". Fue hasta aquel momento que realmente nos dimos cuenta lo que estabamos logrando.
Ya teniamos un techo, las cosas basicas en la casa, aunque los primeros tres meses las cortinas fueron sabanas viejas donadas de las casas de nuestros padres.
Teniamos 4 sillas plegables y 4 pisos de plastico que nos regalo la Omi, situacion que duro unos dos años, ya que como no nos visitaban muy seguido, no sentiamos la necesidad de gastar en sillas. La mesa del comedor la encontramos en los Traperos de Emaus, construimos algunos muebles de melamina para la cocina y asi seguir ahorrando algo de dinero,
El verano del 2010, nos toco vivir el terremoto, conocido como 27F, el cual nos ayudo a tomar la decision de comprar un automovil, pues nos sentiamos muy vulnerables en el pueblo sin tener en que arrancar hacia los cerros si algo asi se repitiera.
En aquel entonces, yo estaba trabajando en una empresa de seguros que nos ayudaba a ahorrar dinero y pagar las cuentas, pero para ello, debia estar en la capital de lunes a viernes y solo nos veiamos con mi pareja los fines de semana. Al principio fue soportable, pero al pasar los meses, nos comenzamos a hechar de menos y el cansancio hacia que los fines de semana fueran aburridos e incluso irritables, pues queriamos hacer tantas cosas pero el cuerpo no daba para mas. Estabamos exhaustos.
Un año duro esa situacion, hasta que un dia, simplemente, renuncie. Siempre habiamos dicho que no sacrificariamos nuestro tiempo como pareja por lograr tener mas dinero y no nos habiamos dado cuenta que era exactamente eso lo que estabamos haciendo.
Regrese al pueblo y logramos recuperar el tiempo perdido, logre descansar y desconectarme, volver a disfrutar nuestras cosas, nuestros momentos. Volviamos a ser nosotros.
Seguia pasando el tiempo y el 2011, tuve la oportunidad de trabajar en la municipalidad, en algo que me encanta y tiene que ver con el campo y su gente. Me compre un jeep viejito para ir al campo y todo se volvio mas sencillo.
Ese fue el comienzo de un nuevo avance en nuestras metas. Estabamos ambos con trabajo en el mismo pueblo, con el tiempo y las ganas para disfrutar de nuestro trabajo y comenzar a darnos gustos.